Episodio 5 «Un hogar con vistas»

(¡Ya quiero llegar!)

Después de muchas horas de viaje y muchas paradas a descansar en gasolineras y áreas de descanso, he llegado a la zona más amplia de verde que he encontrado en el mapa. El viaje no ha sido pesado. Llevar la caravana detrás, significa poder echar una cabezadita cuando lo he necesitado. Aunque es cierto que no era fácil buscar un lugar de sombra y que tenía que poner en marcha el pequeño ventilador, porque según la normativa, mantener las ventanas abiertas es como acampar y no está permitido en todos los sitios. Sólo podía abrir la claraboya del techo.

Donde tengo pensado llegar, el calor es bastante distinto al de mi ciudad, deja de ser pegajoso por la humedad. Y aunque la temperatura pueda ser elevada como para sentir que el sol puede carbonizarte, la cosa mejora a la sombra, y más si corre algo de brisa. Lo mejor son las noches porque hay que taparse con un edredón.

Me introduzco en una zona verde marcada por el GPS y en seguida, tanto el paisaje como las carreteras cambian. Son más estrechas. Sólo de un carril para cada sentido. Aminoro la velocidad porque me dan miedo las curvas. Me vuelvo algo parecido a un tapón para otros conductores que quieren correr más que yo y cuando tengo ocasión, me paro a la derecha para dejarles pasar.

Otra de las cosas difíciles en caravana son los adelantamientos. No tengo pilladas las distancias y me cuesta mucho, así que intento evitarlos lo más posible. Me queda la tranquilidad de pensar que lo difícil será llegar pero que luego ya podré descansar porque no voy a moverme con la caravana mientras no sea absolutamente necesario. Tengo pensado dejar mi casita ambulante entre unos árboles, lo más discreta y escondida posible y hacer todas las gestiones en coche.

Me pongo algo de música porque estoy de buen humor. ¡Ya estoy llegando! He estado tan tensa durante todo el camino que no he querido hacerlo antes para poder escuchar cualquier ruido proveniente del coche o de la caravana.

Me desvío hacia un camino de tierra todavía más estrecho y cruzo los dedos para no toparme con ningún coche que venga en dirección contraria. Es casi de noche y no parece un camino transitado. Estoy a pocos kilómetros de llegar a una zona que intuyo va a gustarme.

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