Episodio 9 «Un hogar con vistas»

(“¿?”)

Al llegar a la caravana, Guillaume pone encima de mi pequeña mesa todo lo que ha comprado en la panadería. Dos croissants, pan de nueces, una tableta de chocolate, dos berlinas, dos napolitanas saladas, una coca de anís y dos zumos de naranja.

-No sabía qué te gustaba, así que he comprado cosas distintas para que pudieras escoger.

-Me gusta todo, el problema va a ser comerse sólo una cosa –comento mientras se me hace la boca agua-. Podrías darme cinco minutos para que me vista, es que ya he hecho bastante el ridículo por hoy.

-Tranquila, si me dejas sentarme, te espero sin problemas –dice guiñándome un ojo.

No espera una respuesta porque se sienta mientras yo me meto en el mini cuarto de baño haciendo acrobacias para vestirme con la puerta cerrada, sin meterme en la ducha. Tengo que ponerme un spray desenredante en el pelo para volver a parecer una mujer normal, pero ¿qué he hecho esta noche? En lugar de dormir parece que me haya caído un rayo.

Cuando salgo por fin arreglada, Guillaume se ha quitado su gorra de pana. También parece una persona normal. Tiene pinta de hombre, me digo para mí misma, como si fuera una revelación. La verdad es que con esa gorra tan hortera no podía dejar de pensar en mi abuelo.

Me siento en el asiento que hay en frente de él y nos miramos a los ojos unos segundos antes de retirar la mirada hacia la comida. Me ha dado como una chiribita de vergüenza. Tiene una mirada bonita y yo parezco una adolescente. Tendré que hacérmelo mirar, porque el aire de la sierra me está dando picores en el corazón.

-Bueno, ¿por dónde empezamos? –me dice refiriéndose a la comida.

Pero yo internamente prefiero interpretarlo como un psicoanálisis y mientras me zampo el croissant con dos onzas de chocolate, empiezo a darle vueltas a los posibles motivos por los que lo he dejado todo y he venido a un lugar que ni siquiera había visto en los mapas.

-Estás muy callada –me comenta al cabo de cinco minutos de estar enfrascada en mis pensamientos-. No hemos empezado con buen pié pero espero que podamos olvidar lo que ha ocurrido. No suelo pescar, por aquí sólo vengo a pasear, así que dudo que vuelva a suceder. ¿Y a ti qué te trae por aquí?

-Precisamente estaba pensando en eso. No sé muy bien qué me ha traído aquí –me mira sorprendido y a la vez interesado en mis explicaciones-. Hacía tiempo que quería descansar de todo. Venir aquí ha sido una casualidad. No tenía rumbo fijo, sólo quería alejarme de las grandes ciudades. Dejar atrás el ruido y buscarme a mí misma. Aunque suene ridículo.

-¡Cómo de ocupada debías de estar para no saber quién eres!

-¿Es una crítica?

-No, para nada, disculpa, no quería molestarte. Nunca he vivido en la ciudad, tan sólo voy cuando necesito algo. La utilizo, pero no la sufro.

-Será porque eres un privilegiado. Yo nací en la ciudad y salir de ella sin un trabajo es simplemente una locura. He podido hacerlo porque tenía dinero ahorrado pero va a ser a costa de muchos sacrificios. Se acabó comprarme ropa nueva en mucho tiempo, la televisión privada, los libros…

-Aquí no necesitarás nada de eso. ¿Para qué quieres andar con tacones en una caravana? No parece muy práctico.

-¡Pues me he traído unos! Con el sueño de poder ponérmelos en alguna ocasión.

Me sonríe sin decir nada más.

Acabamos el café y se despide.

-Espero que volvamos a vernos. Si necesitas algo de ayuda para volver al médico o cualquier otra cosa, te dejo mi número de móvil.

Coge una tiza de la pizarra que tengo en la puerta de entrada de la caravana y escribe…

676 619…

-¡Nos vemos…! –se despide saliendo y perdiéndose por un sendero entre árboles frondosos.

No tengo intención de llamarle. Perdería mi objetivo principal de venir aquí. Espero necesitarme sólo a mí.

«Escribo novelas románticas y eróticas, si te está gustando esta novela, te recomiendo «Por un hombre así» que puedes descargarte en formato digital a través de la plataforma segura de Paypal. La descarga es directa pero aún así durante el proceso tendrás que escribir tu e-mail y yo te la enviaré a tu correo. Para cualquier duda, pregúntame en twitter o en mi correo
Échale un vistazo.»


Descubre más desde CAMR

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

A mí también me gusta leerte. Cuéntame algo...

Descubre más desde CAMR

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo