Capítulo 4 «Alma»

VÉRONIQUE

Damien está enfadado. Se ha sentido juzgado y creo que piensa que no me gusta bailar con él porque tengo prejuicios con que sea homosexual. La verdad es que me llevé un chasco cuando me enteré de la noticia. La ilusión ficticia que tenía en mi cabeza se había destrozado como papel convertido en confeti. No tiene nada que ver con lo que debe estar pensando pero tampoco puedo explicárselo.
El ensayo de la escena en cuestión cada vez nos sale mejor y Alana ha decidido que tenemos que ponernos con la nueva coreografía pero algo que debería ser tierno y sensual nos está saliendo como si fuéramos generales del ejército alemán. Alana nos observa sentada en una silla de patas finas, abrazada a sus papeles, las gafas a la altura de la nariz y con aspecto asqueado.
-No hace falta que os diga que esto no está funcionando. Os voy a dar la mañana libre… -empieza a decir. Yo empiezo a dar saltos de alegría por dentro- pero a medias… -continúa y yo empiezo a desinflarme. Damien sigue con la expresión sombría de antes. No hace ningún gesto que nos haga entender si las cosas van a mejorar o no- Me gustaría que fuerais a un sitio que conozco. Os invito yo a lo que queráis para desayunar. Sólo quiero que os habléis. Que solucionéis lo que demonios os pase entre vosotros porque no tenemos tiempo para esto.
Le da la dirección a Damien escrita en un papel. Cogemos nuestras bolsas de deporte y salimos por la puerta. Damien va el primero, sin mediar palabra y con gestos bruscos como el de abrir las puertas como si le opusieran resistencia.
Al llegar a la calle se dirige hacia la derecha sin decirme nada como si tuviera claro dónde va y no quisiera que le siguiera. Empiezo a rezagarme nada más darme cuenta de su actitud y entonces él se gira para decirme.
-Voy a buscar la moto. Tengo otro casco para ti si quieres.
Asiento con la cabeza y seguimos caminando hasta la esquina. Me da el casco que lleva en el portaequipajes y se pone el suyo. Yo no he subido nunca en una moto así que me miro un poco más de la cuenta cómo va cogido a la cabeza. Él me mira con cara de sorpresa. Coge el casco, me lo pone y me cierra la tira por debajo de la barbilla. Luego me da un golpe en el casco. Espero que esté comprobando que me encaja. Se sube a la moto y mira hacia atrás esperando que yo me suba también. Tengo mis dudas sobre si me conviene subirme con un tipo que está de tan mala leche pero decido hacerlo no sé muy bien por qué. Creo que pese a lo poco que lo conozco me puedo fiar de él. Cuando me cojo a su cintura, arranca con brusquedad. Yo me asusto y aún me cojo más fuerte, apoyando mi cara contra su chaqueta de cuero y cerrando los ojos. Espero que no haga el caballito pero por si acaso no quiero verlo.

«Escribo novelas románticas y eróticas, si te está gustando esta novela, te recomiendo «Por un hombre así» que puedes descargarte en formato digital a través de la plataforma segura de Paypal. La descarga es directa pero aún así durante el proceso tendrás que escribir tu e-mail y yo te la enviaré a tu correo. Para cualquier duda, pregúntame en twitter o en mi correo
Échale un vistazo.»


Descubre más desde CAMR

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

A mí también me gusta leerte. Cuéntame algo...

Descubre más desde CAMR

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo