
Tengo la manía de dejar los viajes para el ultimo momento. Eso o es que mi gente está demasiado lejos como para acabar el trabajo y llegar a tiempo a celebrar con ellos estas fiestas. Conducir el día de Navidad o el de año nuevo es como vivir en un universo paralelo.
No hay ni un alma en la carretera y todos los establecimientos están a oscuras y cerrados. No hay bares, ni restaurantes… Entonces te asaltan preguntas como si no habrán sido abducidos por una nave extraterrestre y tú eres el único superviviente del planeta.
Esta noche me ha pasado exactamente eso. Iba con el tiempo justo y sin uvas para celebrar el año nuevo. He visto un restaurante desde la autopista con luces de navidad encendidas y por unos segundos he pensado que tenía mi problema resuelto hasta que he podido distinguir a toda una familia alrededor de una gran mesa. Obviamente, eran los dueños en una fiesta privada.
Cuando me quedaban pocos kilómetros para llegar a mi destino y a minutos escasos de medianoche mi salvación ha llegado en forma de estación de servicio. La única abierta desde que he empezado mi viaje.
He entrado sin intención de entretenerme y he ido directo a la estantería de las latas de uvas peladas. A falta de nada mejor, me servirían. Entonces has entrado tú, con las mismas prisas que yo y buscando lo mismo.
Nos hemos reído el uno del otro con las latas en la mano. A ti te queda mucho por recorrer y no querías perderte las campanadas. Yo estoy a punto de llegar pero creo que mis amigos me perdonarán mi pequeña traición de no llegar a tiempo cuando sepan que me estoy tomando las uvas contigo 😉
«Escribo novelas románticas y eróticas, te recomiendo «Espejo» que puedes descargarte en formato digital a través de la plataforma segura de Paypal. La descarga es directa pero aún así durante el proceso tendrás que escribir tu e-mail y yo te la enviaré a tu correo. Para cualquier duda, pregúntame en twitter o en mi correo
Échale un vistazo.»
Descubre más desde CAMR
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
