

Cuando subí las escaleras para hacer yo también lo mismo, me encontré a Raquel que me miraba con cara de sorprendida.
-Pero ¿qué ha pasado? –me dijo, después de mirar a Jose, Jordi y a la guardia civil con los ojos como platos.
Se montó una buena movida. Con el reclamo de las luces azules de la policía, acudieron todos para ver lo que ocurría. Incluso Sandra, la supuesta novia de Jordi que me miró con tremendos ojos de odio aunque no se atrevió a decirme nada. Me sentí vencedora por unos segundos. Ella se había reído de mí pero ahora le estaba dando celos. Seguro que lo estaba pasando fatal sabiendo que la que había tenido una aventura con su amorcito era yo y no ella. Sonreí interiormente aunque con algo de miedo por las represalias, seguro que aquello no quedaría así.
-Si me acompañas a casa para que me cambie, te lo cuento -le dije a Raquel-. Necesito una ducha y algo que me calme el estómago. Desde luego, con este tiempo podemos olvidarnos de mirar estrellas, te invito a unas palomitas y alguna peli sentadas en el sofá, tengo ganas de un sitio cómodo que no parezca el “toro loco”*.
Le hice unas palomitas pero yo no pude comerme ni una y eso que me chiflaban. Le conté lo ocurrido y lo que me dijo al respecto, me asustó.
-¿Sandra te ha visto con Jordi?
-Sí, bueno… estaba en la playa cuando lleguemos…
-¡Pues prepárate! Es muy celosa, no creo que le haya sentado bien. Te va a hacer la vida imposible a partir de ahora. La conozco bien. Conmigo no se mete porque intento no hacer nada que la enfade, pero tú, sin quererlo, ¡ya lo has hecho! No me gustaría estar en tu piel.
-Pero si no ha pasado nada. Bueno, sí ha pasado. Algo muy fuerte. Hemos salvado a tres hombres de morir ahogados, pero entre nosotros, nada, ni siquiera me ha mirado.
-A mí no tienes porqué darme explicaciones. Yo no voy detrás de Jordi, pero Sandra intuye que a todas las mujeres del planeta tierra les gusta y que todas son sus contrincantes que quieren arrebatárselo. Será porque no ha conseguido todavía que le haga caso y no debe estar acostumbrada a que haya un chico que no le vaya detrás.
-Y ¿qué quieres que haga? ¿No existir? Las cosas se han dado así. Estoy harta de molestar simplemente por el hecho de vivir. Yo no pedí nacer. ¿Qué quieres que haga ahora?
-¡Oye, Oye..! ¡tampoco te pongas así! Yo sólo pretendía avisarte. Será mejor que me vaya para casa. Está visto que el mar no te ha sentado bien.
Se marchó enfadada pero yo aún lo estaba más. Se suponía que las amigas se apoyaban y en cambio ella, en lugar de eso, no hacía más que asustarme cuando ya no había remedio. Podría haberme dicho que me defendería si eso fuera necesario o que estaba conmigo si pretendía conquistar a Jordi, pero en lugar de eso, se mostraba cobarde. Posiblemente a ella también le gustaba Jordi, me lo dijo el día que la conocí pero por miedo, se alejaba de él y estaba visto que si no se defendía ella misma, tampoco iba a defenderme a mí.
*Atracción mecánica que simula un toro y al que hay que montarse como en un rodeo, evitando que con sus vueltas y sus saltos salgas despedido.
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