

No quise cenar aquella noche. Me pasé toda la tarde confinada en la habitación, escuchando música con auriculares y viendo de vez en cuando pasar el tren desde mi ventana. Sabía que me estaba portando mal con mi padre porque le hubiera gustado verme feliz y se preocupaba por mí. Posiblemente ahora el contagiado por mi malestar era él pero me veía incapaz de hacer ningún esfuerzo.
Me dormí sollozando. Me sentía como una niña pequeña e indefensa, maltratada injustamente. No entendía qué había hecho para merecerme aquel trato. ¿Existir? Ni siquiera me conocían. ¿Por qué me juzgaban?
A la mañana siguiente me despertaron los chillidos de las gaviotas. Era un agradable despertador al que no estaba acostumbrada pero que me «chiflaba» y no pude contenerme las ganas de salir a ver aquel amanecer sobre el mar. Abrí la puerta y avancé por la gran explanada, hasta la ruda baranda de hierro dónde se encontraba la escalera de madera que bajaba a la arena de la playa y me senté en uno de sus peldaños. Hacía un día precioso de verano, aunque al ser aún muy temprano refrescaba un poco. Me agarré con fuerza el chal de lana fina que había cogido para cubrir mi pijama. No había nadie levantado, salvo un chico vestido de neopreno negro. Agitó su rizado pelo rubio alborotado, al salir corriendo en busca de las olas con su tabla de surf y cuando subió en ella se percató de que estaba observándole y me dedicó una sonrisa cautivadora que me hizo brillar los ojos. ¡Acababa de enamorarme!
Después de quedarme un buen rato embobada, volví a mi cama calentita, con una sonrisa en la cara y una alegría en el corazón. Me levantaría un poco más tarde cuando mi padre lo hiciera también. Mientras me acostaba, podía oir sus ronquidos y las gaviotas. Me planteé ¿qué hacía más ruido?… Mi padre, ¡seguro!
«Escribo novelas románticas y eróticas, si te está gustando esta novela, te recomiendo «Por un hombre así» que puedes descargarte en formato digital a través de la plataforma segura de Paypal. La descarga es directa pero aún así durante el proceso tendrás que escribir tu e-mail y yo te la enviaré a tu correo. Para cualquier duda, pregúntame en twitter o en mi correo
Échale un vistazo.»

Descubre más desde CAMR
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.