Te di mi beso. Me lo pediste. Me dijiste que lo necesitabas como una obsesión. Querías cerrar nuestra historia de una forma agradable que pudieras recordar. Yo te amé. Tanto que fui incapaz de negarme. Te sentí derrumbada, destrozada, suspirando lágrimas de melancolía. Sólo quise ser el suave algodón que curara tus heridas. Y aúnSigue leyendo «Te di mi beso»